miércoles, 20 de octubre de 2010

   El deporte despierta las fuerzas creadoras, agudiza los sentidos y la mente, modela el carácter y educa la responsabilidad; enseña a enfrentarse a la victoria y a la derrota y a la frustración, y también enseña la necesidad de autoridad; exige la máxima seriedad y confiere la más placentera despreocupación; ejercita la disciplina y la colaboración, despierta el sentido del orden, familiariza a los más jóvenes con el poder de la casualidad, proporciona un tiempo de relajación mental y libera. Sólo a través de la actividad lúdica un joven es capaz de experimentar la acción recíproca de la fortuna en su doble faceta, tener suerte y ser feliz.

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